martes, 9 de septiembre de 2014

Cabos.

Verán, la cosa es sencilla, es cosa de tomar un hilito, no importa el grosor o relevancia, y unirlo con otro en una perfecta trenza.
De poquito a poquito, de cabo a cabo cuando te das cuenta ya tienes algo, bonito o feo, pero ya es algo que tu hiciste.
Diferente es cuando, de la nada, tomas un cabito y lo comienzas a seguir, a desamarrar tantito, a continuar el camino de los otros segmentos que lo acompañaban, ahí puedes encontrar sorpresas de muchos tipos.
Un último caso es tomar los hilitos y jalar y jalar y terminar destruyendo el constructo, sin darte cuenta de lo intrincado del tejido o del tiempo y esfuerzo que tomo esa fabricación, sólo por el gusto de deshacer las cosas.

Pues igualito con la vida, mis amigos.

No hay comentarios: