lunes, 11 de enero de 2016

Tacones

Escucho desde mi cama el paso de lo que parecen ser unos zapatos de tacón, que de forma ligera se mueven sobre mi techo.

Destaca que se escucha ese taconeo tan especial en una noche de especial insomnio, una noche fría de enero, de esas que se muestran silenciosas, donde el sonido del refrigerador destaca, o el sonido de las manecillas de un reloj o lo que en esta ocasión ocurre, el caminar de alguien en zapatos de tacón.

Los imagino de aproximadamente 8cm, tal vez de un tono rojo, con un tacón muy fino y una persona muy ligera en ellos, de piernas largas por el lapso que se escucha entre paso y paso.

Es un caminar nervioso, rápido, sin embargo con un sonido que no se aleja mucho de la fuente, que va de un lado al otro, en un segmento corto, en cuyos márgenes mi imaginación supone que hay una media vuelta, y un regreso en el sentido del deambular.

Elucubraciones acerca del porque tanta ansiedad en esos pasos, de porque cada vez se hacen más rápidos y sonoros, de como reflejan una intranquilidad, una desesperación especialmente común a estas horas de la noche en tantos lugares, en tantas personas, por tantas circunstancias.

Espero que no la esté pasando mal el o la dueña de esos zapatos, porque yo sí me siento muy intranquilo al escucharlos... Considerando que vivo en el último piso del edificio.



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